Tapar el contador de agua puede parecer un acto de vandalismo, pero en realidad es una medida preventiva muy útil para evitar posibles multas o facturas elevadas por consumo excesivo. En este artículo, te presentamos una guía paso a paso para que puedas llevar a cabo la tarea sin problemas.
Lo primero que debes hacer es localizar el contador de agua. Este suele estar en la entrada de la casa o edificio, en una caja metálica a ras del suelo o en la pared. Una vez lo has encontrado, asegúrate de que tienes todo lo que necesitas: una plancha de metal o una tapa de plástico resistente, una llave inglesa y tornillos.
Después, procede a retirar la tapa o caja que cubre el contador. Utiliza la llave inglesa para aflojar los tornillos y deja la tapa aparte. Limpia el área donde se encuentra el contador para asegurarte de que la superficie esté seca y libre de suciedad y polvo.
Ahora, coloca la plancha de metal o la tapa de plástico sobre el contador. Asegúrate de que queda bien sujeta y no se mueve. Usa los tornillos para fijarla al suelo o a la pared. Ajusta todo con la llave inglesa hasta que el contador esté completamente tapado.
Por último, verifica que el contador sigue funcionando correctamente. Abre el grifo de agua y comprueba que el contador sigue registrando el consumo de agua. Si todo está en orden, ya has terminado. Ahora tu contador de agua está protegido frente a posibles daños y podrás ahorrar tiempo y dinero.