Al momento de construir una piscina, una de las opciones más populares es enterrarla en el suelo. Esto no solo brinda un aspecto estético agradable, sino que también ahorra espacio y crea un entorno más integrado con el paisaje de tu hogar.
Existen diferentes tipos de piscinas que pueden ser enterradas, dependiendo de tus necesidades y preferencias. Una opción común es la piscina de hormigón, también conocida como piscina de obra. Este tipo de piscina se construye completamente desde cero y permite una personalización total en términos de forma, tamaño y acabado.
Otra alternativa es la piscina de fibra de vidrio, la cual está fabricada previamente en una fábrica y luego se instala en el suelo. Estas piscinas suelen tener una forma y tamaño estándar, pero ofrecen una instalación más rápida y sencilla.
Además, existe la opción de las piscinas de acero, las cuales están compuestas por paneles de acero galvanizado que se ensamblan en el lugar de instalación. Estas piscinas ofrecen una buena resistencia y durabilidad, así como también flexibilidad en cuanto a su forma y tamaño.
Es importante destacar que no todas las piscinas son aptas para ser enterradas. Por lo tanto, antes de tomar una decisión, es fundamental consultar con un profesional en construcción de piscinas y seguir las recomendaciones del fabricante o proveedor.
En resumen, las piscinas de hormigón, fibra de vidrio y acero son algunas de las opciones que se pueden enterrar. Cada una de ellas tiene características y ventajas diferentes, por lo que es importante evaluar tus necesidades y preferencias antes de tomar una decisión. Recuerda siempre contar con el asesoramiento de un profesional para garantizar una correcta instalación y disfrutar al máximo de tu piscina.
Una pregunta común que se hacen las personas es: ¿Cuánto se puede enterrar una piscina? La respuesta a esta interrogante puede variar dependiendo de varios factores. La profundidad máxima permitida para enterrar una piscina suele ser de 2 metros, aunque esto puede variar según las regulaciones locales y el tipo de piscina que se desee instalar.
Es importante tener en cuenta que cada localidad puede tener sus propias normativas en cuanto a la construcción de piscinas enterradas, por lo que siempre es recomendable consultar con las autoridades competentes antes de iniciar cualquier proyecto. Además, también es esencial contratar a profesionales especializados en la construcción de piscinas para que realicen el trabajo de forma segura y acorde a las normas.
Otro aspecto a considerar es el tipo de suelo donde se desea construir la piscina. Ciertos tipos de suelo, como el arcilloso, pueden presentar dificultades adicionales a la hora de enterrar una piscina, por lo que es necesario evaluar la viabilidad del proyecto en cada caso particular.
En cuanto a los costos, enterrar una piscina puede ser más costoso que construir una piscina elevada, ya que implica excavación de tierra y trabajo adicional de construcción para asegurar la estabilidad de la piscina. Sin embargo, muchas personas consideran que la estética y comodidad de una piscina enterrada compensan el costo adicional.
En resumen, la profundidad máxima permitida para enterrar una piscina suele ser de 2 metros, siempre y cuando se cumplan las normativas locales. Es importante tener en cuenta el tipo de suelo y consultar con profesionales para asegurar un proyecto exitoso y seguro. Aunque el costo de enterrar una piscina puede ser mayor que construir una piscina elevada, muchas personas consideran que los beneficios estéticos y de comodidad compensan el gasto adicional.
En algunos casos, no es necesario obtener un permiso para construir una piscina en tu propiedad. Sin embargo, es importante investigar y conocer las regulaciones locales antes de comenzar cualquier proyecto de construcción. Las piscinas desmontables son uno de los tipos de piscinas que generalmente no requieren permisos. Estas piscinas suelen ser portátiles y temporales, y se pueden desmontar y guardar fácilmente cuando no se utilizan.
Otro tipo de piscina que suele ser exento de permisos es la piscina inflable. Estas piscinas son fáciles de instalar y no requieren ningún tipo de construcción permanente en el suelo. Las piscinas hinchables son una opción popular para las familias que desean disfrutar de una piscina en el verano sin incurrir en grandes costos o complicaciones.
En ciertos casos, las piscinas elevadas también pueden estar exentas de permisos. Estas piscinas se instalan en el suelo, pero no requieren excavación ni construcción permanente. Las piscinas elevadas suelen ser más pequeñas y más fáciles de instalar que las piscinas tradicionales.
Es esencial recordar que incluso si tu piscina no requiere un permiso, debes cumplir con las normas de seguridad y cumplir con las regulaciones locales. Esto puede incluir cercar la piscina, tener una cubierta de seguridad, instalar alarmas o cumplir con requisitos específicos de profundidad. Además, es importante tener en cuenta que las regulaciones pueden variar según la ubicación y el tipo de propiedad.
Piscina elevada y piscina enterrada son dos opciones diferentes a considerar al momento de decidir qué tipo de piscina instalar en tu hogar. Ambas tienen sus ventajas y desventajas, por lo que es importante evaluar tus necesidades y preferencias antes de tomar una decisión.
Las piscinas elevadas son aquellas que se construyen sobre el suelo, generalmente utilizando una estructura metálica o de madera para sostener las paredes. Este tipo de piscinas suelen ser más económicas y rápidas de instalar, ya que no requieren de excavación ni construcción de una piscina en sí. Además, las piscinas elevadas suelen ser portátiles, lo que permite desmontarlas y llevarlas contigo si te mudas de casa.
Por otro lado, las piscinas enterradas se construyen bajo tierra, lo que le brinda un aspecto más estético y permanente a tu patio trasero. Estas piscinas requieren de una excavación y construcción más compleja, lo que puede resultar en un mayor costo y tiempo de instalación. Sin embargo, las piscinas enterradas suelen tener una mayor durabilidad y resistencia, ya que están construidas con materiales más sólidos.
Al momento de elegir entre una piscina elevada o enterrada, es importante considerar también la seguridad. Las piscinas elevadas suelen ser más fáciles de vigilar y proteger, ya que puedes instalar una cerca o cobertor para evitar el acceso de personas no autorizadas, especialmente si tienes niños pequeños. Por otro lado, las piscinas enterradas pueden requerir de medidas adicionales de seguridad, como una valla perimetral o una cubierta de seguridad.
En resumen, no existe una respuesta única para determinar qué tipo de piscina es mejor, ya que dependerá de tus necesidades, presupuesto y preferencias. La piscina elevada puede ser una opción más económica y versátil, mientras que la piscina enterrada ofrece una apariencia más estética y duradera. Lo importante es evaluar todas las opciones y tomar una decisión informada que se ajuste a tus requerimientos.
Una piscina estructural necesita una base sólida y estable para sostener su peso y garantizar su durabilidad a lo largo del tiempo. Por ello, se coloca debajo de una piscina estructural una capa de hormigón armado o una losa de cemento, que servirá como fundamento en el que se apoyará toda la estructura.
La capa de hormigón armado o la losa de cemento debe tener un espesor adecuado para soportar la carga de la piscina y distribuir de manera uniforme su peso sobre el suelo. Además, debe contar con una correcta nivelación, para evitar posibles desniveles que puedan dañar la integridad de la piscina.
Una vez colocada la capa de hormigón o la losa de cemento, se suele añadir una capa de impermeabilización para evitar posibles filtraciones de agua hacia el suelo. Esta capa se realiza con materiales como una lámina de polietileno o un revestimiento de poliuretano, que proporcionan una barrera efectiva contra la humedad.
Por último, es común añadir una capa de arena o grava sobre el revestimiento impermeable. Esta capa tiene varias funciones, como proporcionar un acabado estético al área alrededor de la piscina, ayudar a nivelar el terreno y drenar el agua de lluvia correctamente para evitar encharcamientos.
En resumen, lo que se coloca debajo de una piscina estructural es una base de hormigón armado o losa de cemento, una capa de impermeabilización y una capa de arena o grava. Estos elementos trabajan en conjunto para garantizar la estabilidad y durabilidad de la piscina, evitando posibles problemas como fugas de agua o daños en la estructura.