El REC o regulador electrónico de temperatura es una tecnología presente en los termos eléctricos que permite un control más preciso de la temperatura del agua. Además, tiene una serie de ventajas frente a los sistemas de termostato convencionales.
En primer lugar, el REC optimiza el consumo energético, ya que ajusta la temperatura del agua a la demanda del usuario y la mantiene de forma constante en el interior del depósito. De esta forma, se evita la subida innecesaria de la temperatura y el consiguiente gasto energético.
Otra ventaja del REC es que, debido a su precisión, permite un mayor confort al usuario, al asegurarse de que el agua siempre esté a la temperatura adecuada para su uso. Además, en los modelos más avanzados, se pueden programar horarios de uso y temperaturas específicas, adaptándose a las necesidades de cada hogar.
Por último, el REC reduce el riesgo de averías o fallos en el sistema, ya que al estar controlado electrónicamente, se evitan los posibles fallos de los sistemas de termostato mecánicos tradicionales y se prolonga la vida útil del termo eléctrico.
En definitiva, el uso del REC en un termo eléctrico proporciona una serie de beneficios importantes, desde la optimización del consumo energético y el ahorro económico, hasta una mayor comodidad para el usuario y una mayor durabilidad del sistema.
El término "REC" es una abreviatura de "recalentado" en los termos. Cuando ves "REC" en un termo, significa que el líquido dentro del termo ha sido recalentado.
Algunas personas pueden preferir utilizar un termo con la función de recalentamiento porque las bebidas pueden perder temperatura con el tiempo. Si vas a beber algo horas después de haberlo preparado, puede que no esté tan caliente como lo deseas. Con la función de recalentamiento, puedes asegurarte de que tu bebida se mantendrá a la temperatura deseada.
Es importante tener en cuenta que no todos los termos tienen la función de recalentamiento y puede que algunos termos no indiquen explícitamente que el líquido ha sido recalentado. Por lo tanto, si tu termo no tiene la función de REC, asegúrate de calentar la bebida antes de colocarla en el termo.
En resumen, si ves "REC" en el termo, significa que la bebida ha sido recalentada. Es una función útil para aquellos que disfrutan de bebidas calientes durante varias horas y quieren asegurarse de que su bebida esté siempre a la temperatura deseada.
Si has notado que en tu calentador de agua aparece la palabra REC, seguramente te preguntas ¿qué significa? Pues bien, REC es una abreviatura que viene del término "recalentamiento".
Cuando el calentador de agua muestra esta palabra en su panel de control significa que la temperatura del agua del boiler (o caldera) ha sobrepasado el valor de seguridad establecido, por lo que el calentador está recalentando el agua para volverla a enfriar a la temperatura adecuada.
Esta función es muy importante para evitar accidentes, ya que cuando el agua en el calentador alcanza una temperatura demasiado alta, puede generar presión y dañar la estructura del calentador o incluso explotar.
Es por eso que, si tu calentador de agua muestra REC en su pantalla, debes esperar a que el recalentamiento termine antes de usar el agua caliente nuevamente. De lo contrario, puedes poner en riesgo tu seguridad y la de los demás.
Al elegir un termo eléctrico, es importante considerar la presión del agua que utiliza. La presión de agua ideal para un termo eléctrico es de al menos 1 bar y un máximo de 6 bares.
El termo eléctrico funciona mejor con una presión de agua constante, lo que significa que el suministro de agua debe tener una presión regular y estable. Asegúrese de que la presión del agua en su hogar está dentro de los límites ideales para garantizar una conexión y un rendimiento adecuados.
Cuando la presión del agua es demasiado baja, el termo eléctrico puede tardar más en calentar el agua y puede haber problemas de suministro de agua caliente. Además, si la presión del agua es demasiado alta, puede haber problemas de seguridad debido a la posibilidad de fugas y daños en el termo eléctrico.
Es importante tener en cuenta que la presión del agua también puede variar durante el día, especialmente durante los momentos de mayor demanda. Si nota cambios significativos en la presión del agua en su hogar, llame a un plomero para que examine y repare cualquier problema antes de conectar un termo eléctrico.
Cada vez son más las personas que optan por usar termos eléctricos para tener agua caliente en casa. Y es que, aparte de ser una opción más cómoda que los termos de gas, no requieren instalación y son fáciles de usar. Sin embargo, surge la duda de cuánto puede subir la factura de la luz con su uso.
La utilización de un termo eléctrico en una vivienda, aunque sea durante unas pocas horas al día, supone un aumento considerable en el consumo eléctrico. Esta es la principal razón para que las facturas de la luz se disparen, y todo depende del tamaño del termo y de la cantidad de agua caliente que se quiera preparar de manera regular.
Para que te hagas una idea, un termo eléctrico de 50 litros puede consumir alrededor de 1,5 kilovatios/hora al día. Esto significa un consumo anual de aproximadamente 540 kilovatios/hora anuales, lo que se traduce en una factura de la luz de alrededor de 80 euros/año.
Pero si aumenta el tamaño del termo eléctrico, aumentará directamente el consumo eléctrico y, por tanto, la factura. Por ejemplo, un termo eléctrico de 100 litros puede consumir entre 2 y 2,5 kilovatios/hora al día, lo que representa un consumo anual de alrededor de 900 kilovatios/hora y una factura de la luz de 130 euros/anuales.
No obstante, hay maneras de reducir el consumo eléctrico del termo eléctrico, como configurar adecuadamente la temperatura del agua (no muy alta), usar termostatos para controlar el consumo eléctrico, instalar aislamientos térmicos alrededor del tanque, o incluso considerar el uso de paneles solares para calentar el agua caliente.
En definitiva, es importante conocer cuánto sube la factura de la luz con un termo eléctrico antes de optar por su uso. Aunque la comodidad que presenta es incuestionable, hay que valorar todos los factores económicos y decidir si se adapta o no a nuestras necesidades.