Cuando se trata de tuberías, hay muchas soluciones para manejar las fugas y, entre ellas, destaca el collarín. Un collarín es una pieza circular especialmente diseñada para cubrir agujeros y fugas en tuberías. Funciona aplicando una fuerza de abrazadera en el área afectada de la tubería, generalmente con una banda o anillo de acero inoxidable.
El collarín se coloca alrededor de la tubería, sobre el área afectada, y se aprieta manualmente o con una llave hexagonal. La presión del collarín se utiliza para evitar la expansión de la grieta, lo que detiene y evita fugas de agua. En resumen, un collarín funciona como un dispositivo de reparación rápida y fácil.
Además, los collarines pueden tener distintos tamaños y formas que se ajustan a tuberías de diferentes diámetros, formas y materiales, lo que los hace muy versátiles y adaptables a diferentes situaciones de fuga. En general, los collarines son una solución económica y práctica para controlar fugas en tuberías de manera rápida y sencilla.