La hidráulica es una rama de la física que estudia el comportamiento de los líquidos en movimiento, y es utilizada en una amplia variedad de aplicaciones industriales. Se basa en el principio de Pascal, el cual establece que cuando el líquido se encuentra sometido a una presión, esta se transfiere por igual en todas las direcciones. Esta presión se genera por la fuerza de una fuente de energía, como un motor o una bomba, aplicada sobre el líquido. El líquido se desplaza en el sistema de tuberías ejercitando presión sobre cualquier cuerpo que se encuentre en su camino. Esta presión es transmitida a los componentes del sistema hidráulico, como válvulas, cilindros, etc., y les permite realizar una variedad de funciones tales como elevar una carga, sostener una presión o generar un movimiento.
La presión puede ser aumentada o disminuida por el control de la velocidad a la que se bombea el líquido a través del sistema. La presión se exprime en unidades de medida como libras por pulgada cuadrada (PSI). El valor de la presión debe ser controlado para evitar que el sistema se sobrecaliente o se descomponga debido a la sobrecarga. El exceso de presión en el sistema puede dañar los componentes del sistema, por lo que es importante que se controle de forma adecuada.
La presión también puede ser utilizada para controlar la dirección de flujo de un líquido. Esto se logra mediante la utilización de válvulas que permiten el paso de líquido cuando se aplica presión. Estas válvulas se utilizan para controlar la dirección de movimiento de los componentes y para regular el flujo de líquido en un determinado sistema.
La presión en la hidráulica es una herramienta fundamental para permitir que los sistemas hidráulicos funcionen de forma segura y eficiente. Es importante que los sistemas sean adecuadamente diseñados para asegurar el suministro adecuado de presión al sistema y para evitar el sobrecalentamiento y el desgaste de los componentes.