La filtración del agua potable es un proceso fundamental para garantizar la seguridad del agua que se consume. El objetivo de la filtración es eliminar las partículas, microorganismos y productos químicos que puedan ser perjudiciales para la salud.
Para llevar a cabo este proceso, se utilizan diferentes métodos de filtración, como la filtración mecánica o la filtración por membrana. En la filtración mecánica, se utilizan materiales como la arena o carbón activado para retener las partículas más grandes. Mientras que en la filtración por membrana, se utilizan membranas con poros extremadamente pequeños que atrapan las partículas más pequeñas y microorganismos.
Una vez que el agua ha pasado por el proceso de filtración, se somete a un proceso de desinfección utilizando cloro u otros productos químicos. Este proceso garantiza que el agua esté libre de cualquier tipo de microorganismos que puedan causar enfermedades.
En resumen, la filtración del agua potable es un proceso esencial para garantizar la calidad y seguridad del agua que se consume. Este proceso asegura que el agua esté libre de partículas, microorganismos y productos químicos que puedan ser perjudiciales para la salud.