La dureza del agua es una medida de la cantidad de minerales disueltos en ella, principalmente calcio y magnesio. Si se excede un cierto nivel, puede causar problemas en las tuberías y electrodomésticos, así como reducir la eficacia de ciertos productos de limpieza.
Para medir la dureza del agua, se utiliza un kit de prueba que contiene reactivos químicos y una varilla colorimétrica. Primero, se llena una botella de muestra con agua del grifo y se agrega una cierta cantidad de reactivos. Luego, la botella se agita para mezclar los reactivos y se deja reposar durante un tiempo determinado.
Al cabo de ese tiempo, se toma una varilla colorimétrica y se la mete en la botella de muestra. Dependiendo del kit de prueba, puede ser necesario agitar la botella o esperar un tiempo adicional antes de tomar la lectura. La varilla se compara con la tabla de colores que viene con el kit, y se determina la dureza del agua en ppm (partes por millón).
Es importante tener en cuenta que la dureza del agua puede variar según la ubicación y el proveedor de agua. Por lo tanto, es recomendable hacer análisis regulares para asegurarse de que la calidad del agua sea adecuada para su uso en el hogar o en cualquier otro lugar.